Redes de Apoyo y Solidaridad Ciudadana
En desarrollo de la Política de Seguridad Democrática, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 3222 del 2002, a través del cual se crearon las Redes de Apoyo y Seguridad Ciudadana en todo el país, con el propósito de enlazar los servicios de vigilancia y seguridad privada con la Policía Nacional, como estrategia para prevenir y evitar la comisión de delitos.
Dicho en las palabras del Presidente de la República, doctor Álvaro Uribe Vélez, se trata de que los más de 170 mil vigilantes en todo el territorio nacional, ayuden no sólo con la vigilancia del edificio, el establecimiento o la zona que se les haya asignado para su custodia, sino que también vigilen su entorno, de puertas para afuera.
Los resultados operativos que arrojan las redes en las diferentes ciudades y departamentos del país, hasta la fecha, son muy positivos como quiera que a través de éstas se han evitado innumerables secuestros, hurtos, atracos y hechos de terrorismo, lo que claramente ha generado una mayor confianza y seguridad ciudadana.
Es importante hacer claridad en que los vigilantes o guardas de seguridad no son una fuerza de “choque”. Su papel es el de suministrarle a la policía, todo tipo de información que sirva para evitar cualquier tipo de delito, cumpliendo una labor de “multiplicador” de seguridad ciudadana.
En tal propósito la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada inició en el último trimestre de 2006 y principio de 2007, un plan de visitas regionales con el propósito de evaluar los resultados operativos de estas redes e identificar los principales problemas y obstáculos que se han presentado, en aras a diseñar un plan de ajuste que nos permita imprimirles un nuevo impulso y dinamismo a nivel nacional.
Simultáneamente la Superintendencia ha querido hacer visibles las redes con el ánimo de generar apoyos y sinergias que nos conduzcan a mejorar aún más los resultados. Por ello se organizó un cronograma de lanzamientos y relanzamientos, como un acto protocolario dirigido a la opinión pública, en el que se reafirma el compromiso de los servicios de vigilancia y seguridad privada y de coordinación con la Policía Nacional.
Superado este primer paso, dentro del fortalecimiento de las redes, estamos iniciando el proceso de ajuste que involucra temas como el de la revisión de la capacitación que reciben los vigilantes y guardas, además de un plan especial de incentivos y reconocimientos, ya sean académicos o de promoción laboral.
Además, estamos buscando homologar los formatos a través de los cuáles se registran los resultados operativos de la redes en cada una de las diferentes ciudades, para hacer un mayor seguimiento al reporte que nos permita tener una mejor lectura de los resultados que se obtienen y del compromiso y cumplimiento empresarial.